Parques Nacionales dispara las alertas: el ecosistema de las Tablas de Daimiel está en "práctica desaparición"

El comité científico de la Red de Parques Nacionales ha confirmado el pésimo estado en el que se encuentran las Tablas de Daimiel, uno de los 16 parques nacionales que hay en España. Los autores han constatado que el humedal solo sobrevive a base de extracciones de agua de un acuífero que está gravemente dañado por la agricultura intensiva en regadío, y no hay manera de que las tablas se recarguen de agua de manera natural.
La casi extinción de la masiega, una caña que dominaba el parque hace medio siglo, es el mejor ejemplo de lo que está ocurriendo. Esta planta solo sobrevive bajo las condiciones originales que tenía el parque antes de la llegada de la agricultura intensiva en 1970. El que era considerado el mayor masegar de Europa ha pasado de más de ocupar 1.000 hectáreas en 1956 a prácticamente cero en la actualidad.
"La extensión de los masegares es un buen indicador del estado de conservación de las Tablas de Daimiel. De las 1.078 hectáreas que hubo en 1956, se ha pasado a 405 hectáreas en 1993 y a 8 en 2021. Esto supone la práctica desaparición del ecosistema característico de este humedal", recoge el grupo de expertos, en un informe terminado en mayo de 2024. El documento, al que ha tenido acceso infoLibre, fue presentado hace dos semanas en el Ministerio de Transición Ecológica, de quien depende Parques Nacionales.
Esta planta necesita humedad constante en las capas profundas de la tierra, o lo que es lo mismo, la presencia de agua en las reservas del subsuelo, pero el nivel del acuífero está 11 metros por debajo de la línea que permitiría emanar agua a la superficie. Los Ojos del Guadiana, que riegan las Tablas de Daimiel, se secaron en 1983 y solo se recuperaron temporalmente entre 2012 y 2017. "Desde entonces, y hasta el momento de elaborar este documento, febrero de 2024, el parque permanece prácticamente seco, con valores mínimos de encharcamiento. En diciembre de 2023 tan solo estaban inundadas 25 hectáreas y en febrero de 2024, 202 hectáreas", apuntan los autores. La superficie total encharcable son 1.734 hectáreas.
Los expertos subrayan en todo momento que "el intenso aprovechamiento de las aguas subterráneas con fines agrícolas" es el culpable del problema. Además de secar el acuífero y haber provocado el secado de los Ojos del Guadiana, el sector primario ha "contaminado" con fertilizantes el humedal y han crecido plantas invasoras que ahora dominan el parque.
El vertido de esos nutrientes ha provocado que el 60% del parque esté ahora ocupado por carrizos y eneares, unas cañas que colmatan la tierra y que generan miles de toneladas de residuos secos cada año. Los científicos recuerdan que de forma regular "deben segarse mecánicamente para evitar el colapso de la zona".
"En cuanto a la avifauna, la tendencia actual es hacia un descenso en el número de aves que habitan en el parque. Las poblaciones están sujetas a fluctuaciones muy importantes debido a los problemas hídricos", subrayan el informe. Los censos mensuales realizados entre junio de 2010 y febrero de 2024 evidencian una fuerte caída de su presencia, pasando de 10.000 ejemplares de media al mes a menos de 5.000, debido a la sequía.
Los expertos de Parques Nacionales subrayan en todo caso la importancia de salvar las tablas antes de que sea demasiado tarde, porque sigue siendo un espacio de nido para decenas de aves, entre ellas algunas en peligro crítico de extinción, como la cerceta pardilla, el porrón pardo o el escribano palustre. El pato colorado es el icono del parque y entre 2021 y 2023 se han perdido un 30% de las parejas, hasta las 160-180. En el mismo periodo la superficie inundada cayó a la mitad, y la relación es directa porque es una especie acuática. Las parejas de porrón pardo también cayeron un 35% en ese periodo.
Para que el agua pueda volver emerger, el nivel de agua del acuífero debe alcanzar los 611 metros sobre el nivel del mar, y a cierre de 2023 se situaba en los 600. El peor momento de la reserva subterránea fue 1996, cuando el nivel piezométrico cayó a 580 metros. Aunque las diferencias parezcan pequeñas, de unos pocos metros, los autores calculan que entre 1980 y 2023 se han vaciado 1.750.000 metros cúbicos, o 700 piscinas olímpicas, de la masa central del Alto Guadiana, el conocido como Acuífero 23.
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Pese a que el grupo científico subraya en todo momento que la agricultura —legal e ilegal— ha vaciado el acuífero, las propuestas de los autores son extremadamente benévolas con este sector, según los grupos ecologistas que supervisan Daimiel. "La única opción para que el parque se mantenga en su estado natural sería recuperar los niveles freáticos de la llanura manchega, limitando las extracciones o recargando el embalse subterráneo, opciones que tendrían una repercusión social importante", recoge el informe.
Los expertos ambientalistas critican que se proponga como válida la opción de introducir artificialmente agua en el acuífero, lo que en realidad significa activar de forma permanente la tubería Manchega del trasvase Tajo-Segura, una solución que permitiría al sector primario seguir vaciando el acuífero.
Rafel Gosálvez, representante de las organizaciones ecologistas en el patronato del Parque Natural de las Tablas de Daimiel, califica de "auténtica chapuza" las conclusiones del comité de expertos de Parques Nacionales. "Describen muy bien la situación del parque, pero las propuestas son el mismo humo de siempre: trasvases y dragado del parque", resume el también profesor de Geografía en la Universidad de Castilla-La Mancha.
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Gosálvez explica que el comité debería ser supuestamente independiente, pero como el propio informe reconoce, se ha llamado a "expertos externos invitados para cubrir las lagunas de conocimiento dentro del grupo", y estos son Carlos Ruiz de la Hermosa, director del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel y a Santos Cirujano, que es afín al director del parque, según Gonsálvez.
"Daimiel solo se va a recuperar si se destina el agua del regadío manchego al parque nacional, y eso significa reducir a la mitad la agricultura de regadío. Pero el Gobierno de Castilla-La Mancha (PSOE) cree que esto supone entregarle los votos necesarios a la extrema derecha y perder la Comunidad", añade el portavoz ecologista.
En este momento el Ministerio de Transición Ecológica está negociando, en teoría, con el Gobierno regional un marco de actuaciones para recuperar el buen estado de las Tablas de Daimiel, pero diferentes personas subrayan que las conversaciones están completamente paradas. La Junta ha confirmado a infoLibre que "estos acuerdos no serán a cualquier precio" y que su meta es "lograr soluciones de futuro para alcanzar el mejor estado ambiental de las Tablas de Daimiel y, al mismo tiempo, el desarrollo de una actividad agraria y social", un mensaje claro a favor de la agricultura.