DEFENSA
Sánchez busca flexibilizar el objetivo del 5% del PIB en defensa de la OTAN o la exención del compromiso

Doce mil metros cuadrados, 37 salas de reuniones y un enorme auditorio. En el corazón de la ciudad, pero con ráfagas de la brisa de la playa cercana. Así es el World Forum en La Haya (Países Bajos). Y desde este martes se convertirá en el centro de la geopolítica mundial. La OTAN marcará una histórica hoja de ruta en un mundo en el que el tablero se ha sacudido por completo, con terremotos como el genocidio en Gaza, la invasión de Ucrania y el nuevo estilo internacional impuesto por Donald Trump desde que llegó a la Casa Blanca por segunda vez.
Y en esta trascendental reunión, el secretario general de la Alianza Atlántica, Mark Rutte, busca un acuerdo para que los socios aumenten hasta el 5% del PIB su gasto en defensa. Una exigencia que se basa principalmente en los deseos de Estados Unidos, que persigue una mayor implicación del resto de países en esta materia pero, sobre todo, un incremento de la financiación de las empresas militares que apoyaron a Trump en su camino para el Despacho Oval.
Sin embargo, España no está dispuesta a elevar su gasto militar a esa cifra, como ya ha comunicado por carta el presidente Pedro Sánchez a Rutte. La Moncloa va a subir hasta el 2% del PIB la financiación en seguridad para este año (algo que, según el compromiso de la cumbre de Gales, podía realizarse hasta 2029). Pero el Ejecutivo de coalición se ha plantado ante esa exigencia de máximos que considera “irrazonable y contraproducente”.
Como señalan fuentes de La Moncloa, se está negociando de manera discreta con otras capitales y con la OTAN de cara a esa reunión decisiva, donde se producirá, previsiblemente, un desencuentro entre Sánchez y Trump. Esas conversaciones entre los distintos actores se prolongarán con toda seguridad hasta el último minuto antes de empezar el cónclave.
Los argumentos de España
La idea que tiene el presidente Sánchez es argumentar que el país no puede asumir ese porcentaje de gasto (partiendo de que se considera erróneo contar la aportación en base al PIB de una nación). El Gobierno español está trabajando en una solución que pase por una flexibilización de esa cifra o por que directamente se haga una “excepción” con el país.
El Gobierno ha estado haciendo cuentas y es, en su opinión, inasumible incrementar la cifra hasta el 5%, lo que podría suponer un gasto de 80.000 millones de euros (con una economía además que crece a un ritmo mayor que el resto de países de la zona euro). El presidente es consciente de que aplicar esa cuantía supondría hacer recortes que afectarían de manera masiva a la clase media y al estado del bienestar.
Por el momento, España es el país que de manera más directa ha mostrado su rechazo a ese incremento del gasto (que ahora mismo no cumple ni Estados Unidos). Pero hay conversaciones con otras naciones y se espera que se vayan sumando algunas capitales a la idea de España de rebajar esa exigencia. Hay países con muchas dudas sobre esa nueva barrera como Canadá, Reino Unido, Italia y Bélgica. La hoja de ruta que quiere Rutte es que un 3,5% del PIB vaya a gasto militar puro y el otro 1,5% a financiación relacionada con la seguridad (con un horizonte puesto en 2032 y con una evaluación intermedia en 2029).
"Incompatible" con el estado del bienestar
España está argumentado que es un “miembro leal” de la OTAN y que es el cuarto país que más ha incrementado el gasto en defensa en los últimos años dentro de la organización. Asimismo, el Gobierno está poniendo sobre la mesa que participa en 16 misiones de paz (cinco de la Alianza Atlántica), en la que hay desplegados unos 3.000 militares patrios.
El Gobierno español trata de convencer a los socios de que ese incremento es “contraproducente” porque, primero, supone debilitar el proyecto colectivo de un Unión Europea de Seguridad y Defensa al canalizar inversiones hacia terceros países y frenando el desarrollo de una industria comunitaria. Asimismo, este esfuerzo individualizado es un parón para los procesos de compras conjuntos.
La Moncloa incide al hilo en un factor económico: dañaría el crecimiento a corto, medio y largo plazo al incrementar la deuda y provocar presiones en la inflación, además de suponer eliminar partidas para elementos claves como la educación, la sanidad y la tecnología digital.
Esto, además, indican en el Gobierno, “sería incompatible” con el estado del bienestar y afectaría a la financiación de cuestiones esenciales como la vivienda, el cambio climático, las migraciones y la desigualdad. “Cada país tiene que encontrar su equilibrio”, señalan en el núcleo duro de La Moncloa.
El Ejecutivo español está trasladando durante estos días que hay que fijar objetivos realistas porque hay países que firmarán ese 5% por compromiso y luego no cumplirán. Por eso, indican que no quieren mentir ni a los socios de la Alianza ni a la población de que esa financiación es posible. Pero España no quiere que su postura signifique bloquear la cumbre o impedir que los socios que quieran asuman ese compromiso.
Sánchez, en contra de la exigencia de la OTAN del gasto del 5% del PIB en defensa: "Es irrazonable"
Ver más
En ese sentido, el Ejecutivo lleva meses trabajando con la OTAN para buscar soluciones que pasen por flexibilizar el objetivo (como sucedió con el 2% en citas anteriores) o directamente “eximir” al país de esa cifra. Pero, en ningún caso, indican en el Gobierno, está en entredicho la participación del país en esta organización.
La Casa Blanca empuja al 5%
Desde la Casa Blanca se sigue advirtiendo de que es “ridículo” gastar el 2% del PIB en defensa (como va a hacer España este año) y se mantiene que lo “justo” es llegar hasta el 5% del PIB porque “los contribuyentes norteamericanos han aportado una importante cantidad de dinero”, como señaló la portavoz de Trump, Karoline Leavitt.
Tras hacerse pública la posición de España, el portavoz del Gobierno alemán, Stefan Kornelius, subrayó que en la OTAN resulta "indiscutible" la necesidad de invertir en defensa y seguridad, pero apuntó que queda a discreción de los aliados determinar cómo acercarse al 5% del PIB que exige EEUU. En París, desde el Palacio del Eliseo, se está remarcando durante estas horas que es un “esfuerzo enorme para todos” que no es compatible con a la vez lanzar una guerra comercial.