Partido Popular

Aznar alienta la teoría del amaño electoral y arrastra a Feijóo en su deriva 'trumpista'

Feijóo y Aznar coinciden en un acto de la fundación FAES.

"Cuando uno es capaz de adulterar unas elecciones en su partido, ¿por qué no va a ser capaz de alterar unas elecciones generales?". La frase, pronunciada por el expresidente del Gobierno y faro ideológico del Partido Popular, José María Aznar, en una reciente entrevista en El Mundo —que la llevó a su portada— busca ahondar en la herida abierta en el PSOE por el caso Cerdán pero tiene como objetivo deslegitimar el resultado de las elecciones generales del 23J, en las que Alberto Núñez Feijóo ganó pero no consiguió los apoyos para gobernar, a diferencia de Pedro Sánchez. Aznar argumenta que es posible que el socialista amañara los comicios —pese a la situación de debilidad en la que se encuentra al depender de formaciones como Junts o Podemos— con la siguiente reflexión: "No hay que pensar que alguien que asalta una joyería no está dispuesto a asaltar un banco. Los límites no existen".

Un razonamiento que este lunes replicó el propio Feijóo en otra entrevista, esta vez en Esradio. "Yo confío en los carteros, pero que el sistema puede tener algunas lagunas y que utilizado de forma torticera no está completamente blindado, la respuesta es que sí", añadió. El líder del PP aseguró que, conociendo "el personaje" que hay en Moncloa, en referencia a Sánchez, hay que "extremar al máximo" las garantías, especialmente la custodia del voto, que debería corresponderle a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, en sus palabras. A renglón seguido, Feijóo recordó que en las últimas elecciones generales el PSOE llevó al Tribunal Constitucional el escrutinio del último escaño por Madrid, que fue a parar al PP.

En esa misma entrevista, el conservador también aseguró que la Junta Electoral Central (JEC) ha puesto en marcha un grupo de trabajo sobre el voto por correo a petición de su partido, pero después fuentes de su equipo matizaban sus palabras y explicaban que no existe tal grupo de trabajo sino que, en su día, tras el recuento del voto exterior, pidieron más información a la JEC para saber cómo y dónde se custodiaban esas papeletas. Esa es la explicación a la que se agarran desde el entorno de Feijóo para referirse a las "lagunas" del sistema, aunque añaden que el PSOE obtuvo "más votos por correo" que el PP en la Comunidad de Madrid en esos comicios, pese a que ese voto se contabiliza junto al resto de papeletas, no por separado, por lo que es imposible determinar su origen. Un bulo que ya utilizó recientemente el PP para cuestionar el papel de Leire Díez en Correos.

Desde el entorno del líder del PP aluden al papel de Díez en ese proceso electoral como Jefa de Área de Relaciones Institucionales —en su día el propio Feijóo fue el presidente de esa institución—. Los conservadores han hecho caso omiso del comunicado de Correos, que desde el primer momento negó que la militante socialista tuviera ninguna responsabilidad o competencia sobre el sufragio postal. "Todas estas tareas y funciones son desempeñadas en el ámbito de la Dirección de Operaciones que es a quien corresponde coordinar todos los efectivos y la gestión necesaria", aseguraron.

El PP, sin embargo, sigue repitiendo que "no se fía" del Gobierno porque ya ha "colonizado" más instituciones y, aunque en un intento de bajar el diapasón, el portavoz del partido, Borja Sémper, negara que estén cuestionado el resultado de las generales, sí dijo que tienen "perfecta legitimidad para hacer preguntas": "Cuando una persona que ha cometido actos reprobables se jactó de tener mano en el voto por correo, lo razonable es que preguntemos", añadió. Con todo, desde las filas conservadoras no esconden su incomodidad por que sea esto y no la declaración en el Tribunal Supremo del exministro José Luis Ábalos y su exasesor, Koldo García, lo que acapare el foco informativo. La culpa, en todo caso, es de Aznar.

La influencia de Aznar en el PP de Feijóo

Los análisis del expresidente se leen con mucho interés en Génova, aunque no siempre ha sido así. En octubre de 2016, la fundación FAES, liderada por el expresidente y concebida como el sustento ideológico del partido, se desvinculó de las siglas del PP. Y en diciembre de ese mismo año se puso el broche de oro: Aznar renunciaba a la presidencia de honor del partido. Atrás quedaban años de tensiones y críticas a la gestión de Mariano Rajoy, el hombre que él eligió para liderar el PP, y con el que se enemistó poco después. Durante esa época, el PP le dijo adiós al 'aznarismo'.

Así fue, al menos, hasta la llegada de Pablo Casado a la presidencia del PP, que estuvo acompañada de la resurrección del expresidente del Gobierno y de su fundación. Desde su aterrizaje en la planta séptima de Génova 13, personas de la máxima confianza de Aznar comenzaron a ocupar puestos relevantes en la estructura del partido. Un andamiaje que continuó con el mandato de Feijóo, que ha evitado desairar al expresidente cuando ha tenido ocasión—la misma estrategia que aplica con Isabel Díaz Ayuso— y sigue concediéndole un espacio destacado en las manifestaciones y actos del PP.

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En la citada entrevista en El Mundo, Aznar asegura que en el escenario actual existe un riesgo "total" de depredación del Estado por parte de los socios independentistas del Gobierno, como Junts o ERC, y que por eso piensa que "una crisis constitucional sería lo normal": "¿Son capaces de provocar una crisis constitucional para intentar salvar esta situación? Son capaces. Ése es un escenario que tengo en la cabeza. Una legislatura hasta 2027 y una crisis constitucional que aboque a unas elecciones casi constituyentes", señala el expresidente del Gobierno sin pruebas que lo sustenten.

'Trumpismo' a la española

Las declaraciones de Aznar buscan ahondar en la estrategia practicada por el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, de erosionar y cuestionar el propio sistema democrático al crear dudas sobre la legitimidad del rival. Una estrategia que no es nueva para la derecha. En la campaña electoral del 28M tanto el PP como Vox aprovecharon la aparición de varios escándalos en pequeños municipios con el voto por correo para sembrar la duda sobre todo el sistema electoral. Una vez confirmada la victoria de las derechas, se olvidaron enseguida de sus sospechas. Después fue el propio Feijóo el que abonó la tesis de que en Correos había un interés para que los votos no llegasen a tiempo.

La línea de la supuesta ilegitimidad del Gobierno es algo que en España también ha explotado durante esto años el líder de Vox, Santiago Abascal, que considera "ilegítimo" el actual Ejecutivo porque dice que llegó al poder basándose en mentiras. Pero no solo eso. El antiguo líder del PP, Pablo Casado, llegó a calificar a Sánchez de "ilegítimo" porque "juró defender España y no lo está haciendo". Feijóo, por su parte, no ha dudado en tildar de "fraude electoral" los resultados del socialista en las urnas por llegar al poder de la mano de formaciones como Junts o Bildu.

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