Un supuesto magnate de la heroína en Europa aparece por sorpresa en Pontevedra para ser juzgado

El presunto capo.

El alijo de heroína que, en su momento, marcó el récord histórico en Galicia (en 2016) había sido organizado, según la Policía Nacional, por Nikolin Janina. Conocido empresario albanés, en aquel tiempo era el representante de Porcelanosa en Albania y, al mismo tiempo, entiende la Udyco, organizaba grandes transportes del derivado del opio hacia distintos puntos, entre ellos España y, en concreto, la provincia de Pontevedra.

Los agentes de la Comisaría de la ciudad del Noroeste de España consiguieron frustrar uno de esos transportes e incautar el cargamento, 54 kilos de droga, en un Porsche Cayenne. Detuvieron a seis personas, entre ellas el transportista, Rinush G, y el receptor de la mercancía, el gallego Castor M.

Janina, al que ya entonces se atribuía la organización del narcotransporte, no pudo ser detenido. Permaneció prófugo de la Justicia española hasta 2022, cuando, en virtud de una orden internacional, fue arrestado en Tirana y extraditado para su enjuiciamiento en la Audiencia Provincial de Pontevedra.

Ayer, el tribunal de la Sección Cuarta le recibió en una comparecencia preliminar en la que no se alcanzó acuerdo alguno. El fiscal Antidroga de Pontevedra, Servando Caíño, pide para él una pena de ocho años de prisión. El procesado apuesta por su absolución, tal y como ocurrió en el caso de uno de sus supuestos socios, Sokol R., que en su momento abonó un millón de euros de fianza para salir de prisión, fondos que le fueron devueltos tras ser exonerado en el presente procedimiento.

La familia de Janina sigue al frente de una empresa que ofrece los productos de Porcelanosa en Albania. Sin embargo, y a pesar de que la prensa de Tirana le situó al frente de los intereses de la firma levantina en el país balcánico cuando fue detenido, el Grupo Porcelanosa en España, con sede en Vila-real (Castellón), se desvinculó "totalmente" en su momento del citado empresario. El vicepresidente de Porcelanosa, Silvestre Segarra, señaló que Janina "no ha sido nunca ni es propietario de Porcelanosa Albania" ni tampoco representa a la compañía ni ostenta cargo alguno en ella.

Sin embargo, solo hay que rastrear las redes sociales para comprobar que ese apellido seguiría relacionado con la comercialización de azulejado y sanitarios en el país a día de hoy.

En cuanto a los hechos que son objeto de acusación, la Fiscalía propone una serie de pruebas que, según ella, acreditarían que el investigado sería el organizador del transporte de droga, en colaboración directa con uno de los condenados en el proceso, Castor M., que sería el líder de la organización gallega que tenía previsto recibir el alijo.

El Ministerio Público explica que la partida de estupefaciente que acabó siendo incautada en el interior de un Porsche Cayenne en las inmediaciones de un hotel de Tui partió de Holanda. Es bien conocido que los Países Bajos son el puente que utilizan las redes criminales para hacer llegar la heroína a los distintos destinos de Europa Occidental.

Los cargamentos parten de Turquía —la materia prima procede de Afganistán, Pakistán e Irán, principalmente— y, tras cruzar el continente por carretera, se 'enfrían' en el país de los tulipanes a la espera de la llegada de los encargados de realizar los transportes.

El escrito de acusación elaborado por el fiscal a partir de los informes de la Udyco de Pontevedra revelan al menos dos reuniones entre el receptor de la droga, el ya citado en dos ocasiones Castor M., vecino de Mos, y Nikolin Janina. Una habría tenido lugar en Málaga y la otra en el parador de Baiona. En ellas, destacaron los agentes, se percibió una gran capacidad económica por parte de los investigados que, en el caso del albanés, podría acreditar perfectamente por su actividad empresarial en el sector azulejero en aquel momento.

Más difícil tendrá acreditar el motivo de sus encuentros con el narcotraficante gallego, así como las repetidas llamadas que efectuó a su teléfono y al de su esposa, también juzgada y condenada por estos hechos, en las horas posteriores a la caída del cargamento de droga en manos de la Policía Nacional.

En su relato, Antidroga explica que Janina se concertó con Rinush G. y con el citado Castor para el citado negocio, dejando fuera al también albanés Sokol R., consciente de que fue absuelto en el juicio celebrado en 2018 en Pontevedra.

La siguiente reunión entre todos los citados tuvo lugar en Barcelona, poco antes del inicio del viaje, que comenzó con un periplo hasta la localidad de Essen, en Alemania. En marzo de 2016, según la acusación, Janina contactó con Castor para informarle de que el alijo estaba listo para su envío hacia Galicia.

La fase final de la operación se produjo sobre las 13.00 horas del 19 de marzo, cuando los agentes interceptaron el vehículo en el lugar pactado para su entrega y localizaron la droga en una sofisticada caleta a la que se accedía desde la zona de las ruedas traseras y que se extendía hasta la parte delantera del vehículo. En ella se localizaron los paquetes de droga, que habían sido generados de una forma específica para ese método de ocultamiento, en forma cilíndrica, y con un peso de casi 54 kilos en total.

Su pureza, superior al 55 por ciento, resultó elevada teniendo en cuenta el tipo de sustancia, que se vende al consumidor mucho más adulterada, en dosis que en ocasiones no superan el 5 por ciento. Por ello, con esos 54 kilos se puede obtener el equivalente a más de media tonelada de droga, una vez procesada.

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Janina, tal y como relató este periódico en su momento, fue detenido por Interpol Albania en Tirana en 2022 y extraditado a España. Posteriormente fue puesto en libertad tras abonar una fianza de 50.000 euros, y nada más se volvió a saber de él hasta su presencia física este miércoles en Pontevedra, en la Audiencia, donde llegó con toda la calma del mundo, tal vez consciente de que tiene opciones de salir absuelto, tal y como sucedió con tres de los investigados por los mismos hechos.

La palabra la tendrá la Audiencia Provincial de Pontevedra en la vista oral que tendrá lugar en el mes de septiembre y en la que volverán a comparecer los policías de la Udyco de la Policía que dirigieron las pesquisas que llevaron a su detención.

El fiscal Antidroga solicita una pena de ocho años de cárcel y una multa de siete millones de euros para Janina, una petición que parece contenida en relación con los hechos que se le atribuyen, pero que se basa en cierto modo en las condenas impuestas al resto de implicados en este caso: siete años y medio para Castor y seis y medio para Rinush (en el caso del primero, tres años y tres meses más por blanqueo). Otros tres investigados acabaron absueltos.

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