'Habemus papam'… en TikTok: las redes dictan sentencia antes del cónclave con 'memes' y 'fancams'

Habemus papam… por lo menos en redes sociales. Aunque el cónclave para elegir al sucesor de Francisco arranca el próximo 7 de mayo, miles de usuarios de estas plataformas ya han dictado sentencia y tienen a su favorito antes de que los 133 cardenales entren en la Capilla Sixtina: el filipino Luis Antonio Tagle, el italiano Matteo Maria Zuppi o el ghanés Peter Turkson, todos de la corriente progresista dentro de la Iglesia católica.
Si bien existe un dicho vaticano que pronostica que quien entra papa sale cardenal, y viceversa, el primer cónclave en tiempos de TikTok podría cambiar esta máxima a golpe de likes, memes y fancams —vídeos grabados por seguidores de artistas—, con el fenómeno fan adelantando por la izquierda a la fumata blanca. En una tormenta perfecta tras el estreno de la película Cónclave y del morbo que generan siempre encuestas y quinielas, The Wall Street Journal lo ha llamado ya la "Super Bowl de los católicos".
Mientras en Roma miles de personas siguen despidiendo de forma masiva a Francisco, gente de todo el mundo, católicos o no, participan en esta conversación global, por ejemplo, creando o consumiendo hilos en X que explican las características principales de cada cardenal con Pietro Parolin, Jean-Marc Aveline, Pierbattista Pizzaballa, Cristóbal López Romero, Péter Erdö, Gerhard Ludwig Müller o Raymond Leo Burke también entre los favoritos. Otros tantos van un paso más allá y editan vídeos de sus papables favoritos con música pop, como si fueran estrellas de Hollywood o cantantes famosos.
"El cónclave es un formato que en sí mismo encierra toda la tensión que puede tener el mejor de los realities", admite Gorka Larrabeiti, profesor de español residente en Roma y gran conocedor de los asuntos del Vaticano. Para este experto, reúne tres ingredientes que crean el cóctel perfecto: el secretismo de todo lo que sucede en la Capilla Sixtina con su ya famoso extra omnes (fuera todos), el suspense ante un formato con una compleja liturgia, todas las elucubraciones y operaciones entre bandos que rodean al proceso, y las tensiones entre las corrientes conservadora y progresista. "Y no sabemos cómo va a terminar", recuerda.
A pesar del hermetismo del propio cónclave y más allá del tono de humor o de la cultura pop que toman estas publicaciones, lo que está claro es el interés que despierta esta cita, a la vista de la ingente cantidad de información disponible en la red sobre la reunión. "Creo que es la primera vez que conocemos tanto del proceso, de lo que va a pasar o del perfil de cada cardenal", reconoce Laura Pérez Altable, doctora en comunicación e investigadora de la Universitat Pompeu Fabra. Esta experta destaca cómo se ha construido toda "una narrativa" con personajes y diferentes escenarios gracias a las redes sociales.
Eso sí, ante tanta noticia y como siempre que las plataformas están por el medio, la desinformación es uno de los grandes peligros. "Este seguimiento en redes sociales es muy interesante, pero también hay que poner el énfasis en la importancia de las noticias falsas o las teorías de la conspiración", asegura Pérez Altable.
Una desinformación que, tal y como señala Larrabeiti, en ocasiones viene generada desde dentro de las propias corrientes de la curia. "Hay intereses fuertes en sesgar la información y no hay duda de que hay muchos actores complotando para que su candidato quede en una buena posición y el resto salga dañado", sostiene este profesor.
Y, aunque el fenómeno fan en redes sociales haga sobresalir a los cardenales más progresistas, lo cierto es que también existe una campaña "fuerte" y "muy astuta" contra aquellos que representan una línea de continuidad con Francisco. Mientras, el ala más conservadora oculta a sus candidatos.
"De Pietro Parolin han dicho que está enfermo y algunos sitios amarillistas y de corte trumpista han filtrado un vídeo de Luis Antonio Tagle para hacerle daño cantando Imagine de John Lennon, cuya letra dice que no hay dios", detalla Larrabeiti. No obstante, en la grabación de 2019, el cardenal filipino omite la estrofa de este himno pacifista en la que se dice: "No need to kill or die for / and no religion too ([Imagina] que no hubiera necesidad de matar o de morir por algo / y tampoco religiones)".
¿Pueden influir las redes sociales en la fumata blanca?
A pesar de las intrigas vaticanas, todos los cardenales y miembros de la curia romana apelan a que en la elección del nuevo pontífice no se puede hablar de quinielas porque la última palabra la tendrá el Espíritu Santo. No obstante, muchos se preguntan si, en plena era TikTok, las redes sociales podrían influir de alguna forma en la votación que se lleve a cabo a puerta cerrada en la Capilla Sixtina.
"Es muy difícil que puedan influir en una institución como la Iglesia", explica Pérez Altable, que destaca también la edad de los 133 miembros del cónclave: la media ronda los 72 años y el grupo solo cuenta con 15 por debajo de los 60 años. "La elección del nuevo papa no pasa por lo que se comente en redes y responderá más a las estrategias e intereses de la curia", argumenta esta experta.
Opina diferente Larrabeiti. "Pueden tener influencia antes y después del cónclave", defiende este experto. Previamente, por ejemplo, con el vídeo del Imagine de Luis Antonio Tagle. Y, posteriormente, porque hay que tener en cuenta lo que pueda suceder una vez nombrado el pontífice: "Pueden usarse para socavar la autoridad del papa".
El gran cambio de las redes sociales desde el anterior cónclave
Porque, lo queda claro es que la desinformación, los memes y las fancams son, sin duda, el principal síntoma de lo mucho que ha cambiado el mundo desde el último cónclave, hace doce años. La elección de Jorge Mario Bergoglio como papa se produjo en marzo de 2013. En aquel año, la plataforma de Elon Musk aún era Twitter y acababa de salir a bolsa, Instagram solo tenía tres años y daba sus primeros pasos en el mundo de los vídeos, mientras Snapchat era la niña bonita de Silicon Valley a la que todos copiaban. Para que llegaran las historias a la aplicación de Meta aún habría que esperar a 2016, el mismo año en el que vio la luz TikTok.
Ahora, en pleno 2025, la muerte de Francisco ha dejado un hueco que las redes sociales están dispuestas a llenar sin tener que entrar en la Capilla Sixtina y sin esperar la fumata blanca. Mezclando humor, estética brat y del K-Pop con los éxitos virales del momento en forma de meme pero también de fancam, se han viralizado vídeos con imágenes de Matteo Maria Zuppi a ritmo de Charli XCX o Kesha, o de Luis Antonio Tagle en modo mitin electoral o bailando.
"Lo que ha hecho todo este fenómeno fan es acercarnos a estas figuras. Por tirar de símil religioso, los ha hecho más terrenales", reconoce Pérez Altable que señala que hasta ahora parecían personajes "cerrados y no de fácil acceso": "Esto está cambiando y parecen que son más accesibles".
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La influencia (o no) de 'Cónclave'
Pero más allá del fenómeno TikTok, hay otro elemento a tener en cuenta en este cónclave: el factor de la película homónima de Edward Berger. En una tormenta perfecta, la carrera por el Óscar de la cinta protagonizada por Ralph Fiennes, Stanley Tucci, John Lithgow e Isabella Rossellini coincidió con la hospitalización de Francisco. Y ahora, a punto de llegar a plataformas, justo se produce su muerte.
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"¿Qué fue antes, el huevo o la gallina?", pregunta Larrabeiti que recuerda que no sabemos si la película la hicieron por casualidad e inocentemente o pensando ya que Francisco ya estaba mayor y se avecinaba el final de su pontificado. "Es una cinta que ha tenido éxito y que nos adelanta con mucho detalle lo que se va vivir", apunta Pérez Altable, que destaca además que "da pie" a más memes, pero también arroja luz sobre "un proceso muy opaco".
La religión se cuela en redes sociales (y no solo por el papa)
Entre el éxito de Cónclave, la muerte de Francisco y ahora el camino hasta la fumata blanca, todo ha sumado para hacer crecer el fenómeno fan. Sin embargo, ¿durará o todos estos memes y vídeos son fruto del foco informativo?
Para Pérez Altable, esto no es un episodio puntual. "El tema religioso era una cuestión íntima y del ámbito privado que no se compartía en redes, pero ahora está más presente. Ha dejado de ser tabú y está presente de forma más natural entre los más jóvenes", concluye esta experta.