Hans Zollner: “Hay personas en la Iglesia que piensan que no deberíamos hablar de los abusos sexuales”

Retrato de Hans Zollner.

Hans Zollner (Ratisbona, Alemania, 1966) es un sacerdote y teólogo, director del Instituto de Antropología  de la Universidad Gregoriana de Roma. Es uno de los mayores expertos de la Iglesia católica en prevención de los abusos sexuales, uno de los temas más candentes que se encontrará el recién elegido papa León XIV. 

Hablamos con él de las medidas que tomó Francisco frente esta lacra, del historial de Robert Prevost con relación a los casos de pederastia cometidos por sacerdotes católicos y de qué se espera del nuevo pontífice para hacerles frente. Aunque alaba los cambios introducidos por Jorge Bergoglio, Zollner se muestra crítico respecto a su aplicación y espera del nuevo papa “una respuesta más coherente” y un “compromiso a largo plazo” para erradicar los abusos.

¿Qué actitud ha tenido León XIV respecto a los casos de abusos sexuales a lo largo de su carrera?

En 2012, en nuestra primera conferencia internacional sobre Protección en la Universidad Gregoriana, él fue uno de los delegados. Eso muestra que ya en ese momento quería aprender y comprometerse con este tema. En 2020, fui invitado por la conferencia episcopal peruana en Lima, de la que él era vicepresidente. Les hablé sobre la necesidad de trabajar en el tema y le encontré muy abierto a eso, cuando todavía había mucha resistencia entre los obispos mayores.

Prevost ha sido acusado de encubrir abusos durante su tiempo como obispo en Perú. ¿Son sólidas estas acusaciones o fueron maniobras para impedir su elección como papa?

No he visto ningún documento que pruebe lo que se ha alegado. Víctimas muy prominentes de abuso en Perú, por ejemplo, el periodista Pedro Salinas, han hablado a favor de Prevost. Vinculan las acusaciones contra Prevost con el Sodalicio, la organización de ultraderecha que fue suprimida por el Papa Francisco [por encubrir abusos]. También porque Prevost, como prefecto del Dicasterio de obispos [órgano vaticano que nombra los obispos], había sido consultado sobre esto. Hasta donde yo sé, él hizo lo que debía hacerse.

¿Qué medidas tomó el papa Francisco para prevenir y sancionar los abusos sexuales durante su pontificado? ¿Fueron suficientes?

La medida más importante fue que empezó desde el principio a escuchar a las víctimas. He presenciado cómo las escuchaba y fue un modelo para toda la Iglesia: no solo oía el daño causado, sino que realmente escuchaba con el corazón.

En segundo lugar, el papa Francisco dio visibilidad y sostenibilidad a la estructura de protección cuando estableció la Comisión Pontificia para la Protección de Menores. Esto no puede ser borrado, continuará porque ha sido integrado en la estructura del liderazgo de la Iglesia.

En tercer lugar, el papa abrió la posibilidad de hablar sobre los elementos institucionales y administrativos que permiten el abuso y la negligencia. Esto ha sido una piedra angular de nuestro trabajo, que no se centra únicamente en un solo caso de abuso, encubrimiento o negligencia, sino que busca una imagen más amplia de dónde estamos como Iglesia en su conjunto.

¿Qué ha implicado esta perspectiva más estructural?

Ya no nos centramos únicamente en el abuso infantil, también hay personas adultas vulnerables que necesitan protección. Además, no solo nos fijamos en los abusos sexuales, sino también en el abuso emocional, espiritual y de poder.

Luego, con una nueva ley, Francisco dio los primeros pasos para desarrollar un modelo de rendición de cuentas entre los obispos. Ya no es solo responsabilidad del Vaticano, sino también de los líderes religiosos en general; ellos son corresponsables de la negligencia si un obispo o un provincial no hace lo que debe hacer ante las acusaciones.

Usted fue miembro fundador de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores. ¿Cómo ha funcionado este organismo?

Estuve involucrado en la fundación, fui miembro y renuncié nueve años después. La Comisión trajo un tipo diferente de conciencia dentro de la Iglesia, pero hay grandes cuestiones que me llevaron a renunciar: falta de claridad en el alcance de su tarea, de transparencia y de rendición de cuentas dentro de la Comisión.

Ha viajado a 75 países intentando implementar normas contra el abuso sexual. ¿Están haciendo las diócesis lo necesario para combatir el abuso?

En todos los países hay obispos, líderes eclesiales y fieles que son conscientes de la necesidad de escuchar a las víctimas e implementar medidas de protección, lo cual es alentador. Pero también, en cada país e Iglesia local, hay líderes y fieles que piensan que hemos hablado demasiado de esto y debemos guardar silencio.

En España, las asociaciones de víctimas han denunciado la inacción de la Conferencia Episcopal respecto a los abusos sexuales. ¿Cuál es su opinión al respecto?

Es muy similar. Hay obispos, como el arzobispo de Madrid, que están muy comprometidos, ha establecido un servicio de escucha a las víctimas. Pero también hay personas que piensan que no deberíamos hablar de esto.

Espero que el papa sepa sobre la gravedad de los abusos y la necesidad de trabajar en una cultura constante de protección.

¿Qué espera que haga el nuevo papa en relación con los abusos?

Espero que, como estadounidense y persona que ha sido misionero en Perú, sepa sobre la gravedad de los abusos y la necesidad de trabajar en una cultura constante de protección. Es necesario promover una respuesta más coherente de parte de la Iglesia. Tenemos normas y regulaciones suficientes para abordar los casos, pero deben aplicarse de manera constante. Espero un compromiso a largo plazo.

¿Sabemos si los abusos sexuales son más o menos frecuentes en la Iglesia católica que en otras instituciones?

No tenemos investigaciones científicas que prueben que son menos o más frecuentes. Lo que sabemos es que entre el 90% y el 95% de los abusos ocurre en el contexto familiar, no en instituciones, que incluyen religiones, escuelas y asociaciones deportivas. 

En Alemania hemos establecido los números sobre la prevalencia del abuso sexual en la Iglesia católica y en la Iglesia luterana. Es un caso interesante, porque hay un número muy similar de luteranos y católicos en el país. Hay prácticamente la misma prevalencia entre pastores luteranos varones casados y sacerdotes católicos varones célibes. No hay explicaciones rápidas sobre de dónde viene el abuso.

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El papa Francisco abrió por primera vez la discusión sobre el celibato obligatorio para los sacerdotes. ¿Cree que eliminar o relajar el celibato obligatorio reduciría los casos de abusos sexuales?

Cada informe científico o informes realizados por bufetes de abogados indican que el celibato no es la raíz del comportamiento abusivo. La gente tiene un prejuicio sobre esto, pero, científicamente hablando, no está probado.

Más bien, necesitamos hablar sobre el estilo de vida de los sacerdotes, lo cual puede llevar a un comportamiento abusivo, pero esto no significa que el celibato sea la causa raíz. Como vemos con sacerdotes ortodoxos, pastores luteranos o rabinos que están casados, eliminar el celibato no acabaría con los abusos.

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