Volver a ver
Fragmentos - Javier Sánchez Menéndez
Detorres Editores - Colección de poesía Año XXV (Córdoba, 2025)
Javier Sánchez Menéndez (Puerto Real, Cádiz, 1964) entiende la escritura como encuentro y expansión de itinerarios, en las antípodas de cualquier horizonte de conformidad. Su escritura es una manifestación original de libertad, aprendizaje y conocimiento, una forma de ver y volver a ver. Practica con cada género una convivencia cercana, una relación de proximidad que ama y defiende la palabra. Amalgama estrategias expresivas como la poesía, el ensayo, los aforismos, la autobiografía, la prosa ficcional o las colaboraciones en presa. Una verdad proteica que mantiene su creación en cauce continuo y hace del quehacer literario un proyecto integral. Escritura y sujeto biográfico comparten una similar filosofía vital, una manera de entender el mundo que hace del lenguaje un trayecto alrededor de la propia identidad y un dilatado espacio de representación.
En la textura de Fragmentos, en cuyo umbral se ubican dos largas citas de Miguel de Cervantes, se acoge una fragmentada indagación sobre los misterios de la existencia. En ella se interaccionan creación y pensamiento. Ambos comparten el incansable respirar del tiempo y las variaciones posibles de sus rescoldos. Temporalidad y espacio son coordenadas que exploran verdades y conceptos; analizan ese fluir que muda a cada paso nuestro ser transitorio. Un sujeto testigo percibe el latido tenaz de lo cotidiano. Se desdobla para conocer "el reflejo del yo". Deambula tanteando entre la conciencia de lo evidente y la intuición especular de la inconsciencia, un territorio argumental donde se guardan las visiones que no se corresponden con las experiencias formales de la realidad consciente.
En mi recuerdo, mientras leo los mínimos enunciados de Fragmentos, recupero la lectura de El libro de los indolentes, donde el sujeto verbal hace de la meditación en soledad el último refugio para hilvanar encuentros, apariciones y el habla inexorable de la ausencia. En aquellas páginas el poeta moldeaba personificaciones de presencias angélicas, capaces de aglutinar vivencias oníricas con paisajes que transforman los recuerdos en un devenir de imágenes, reconstruyendo una realidad difusa.
El sentido orgánico del libro tiende a la miscelánea. Los fragmentos disipan la continuidad temática para entroncar con indagaciones habituales del escritor. En el sedimento argumental cobran fuerza aspectos centrales del paso indagatorio, como la filosofía del ser, las consideraciones estéticas o el transitar de la metaliteratura. El poeta reflexiona con frecuencia sobre la poesía y su naturaleza esencial: "La poesía no habla de sí misma, la poesía toma conciencia de la poesía para dejar de ser poesía, o para ser poesía siempre". Otras ideas de calado sobre la poesía como realidad transcendente, capaz de dar sentido a la existencia, son las siguientes: "La idea de la poesía debe estar por encima de la idea del yo. La idea de la palabra es la idea de la poesía. Alejémonos de la idea del yo", "La poesía es la huida del mundo para llegar al mundo".
En el pensamiento de Javier Sánchez Menéndez el legado cultural cobra una importancia extrema; vive en continua conversación con los difuntos, desde los presocráticos a Rilke, desde Dante y Cervantes a filósofos y poetas contemporáneos. El mundo clásico es ahora porque su vigencia es permanente, como lo es su voluntad de crear un movimiento continuo, una eclosión de ondas en el estanque que despierte cualquier remanso. Fragmentos nos deja esta selecta condensación: "La vida debería ser una combinación de Homero, de la Épica, de Píndaro, de la Poesía, de Cervantes, de Proust, de Joyce, de las tragedias de Sófocles, y en menor medida las de Shakespeare. Se empeñan en incluir en la lista a Lou Andreas Salomé, pero eso solo podía hacerlo Rilke".
Grava suelta
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Meditar sobre los vértices del arte da lugar a un sólido inventario de convicciones que cobra el lenguaje preciso del aforismo y su fuerza resolutiva: "El verdadero Arte es naturaleza: esencia y existencia"; "El verdadero Arte siempre es: nunca deja de ser".
Para percibir las convicciones subjetivas hay que asomarse al interior; buscar dentro en soledad y silencio. Fragmentos se asoma al espejo de la contemplación, convencido de que en su lisura se reflejan se reflejan claves revelatorias. Desde ese primer paso, hecho al mismo tiempo de humildad y prudencia, alrededor de sí mismo va adquiriendo fuerza el perfil de las cosas; ese pertrecho de conocimientos que fortalece cada verdad personal e incorpora armonía y ritmo a nuestras vidas. El caudal de Fragmentos mantiene un amplio campo de visión para escuchar la alegría de lo imperfecto, la lumbre encendida del asombro que da sentido a diario a nuestro balance existencial.
* José Luis Morante es poeta, aforista y crítico y autor del libro 'Viajeros sedentarios' (La Garúa, 2025).