La extrema derecha seduce a los jóvenes en las elecciones presidenciales de Polonia

El candidato de extrema derecha del partido Confederación en las elecciones presidenciales de Polonia de 2025, Slawomir Mentzen.

Helene Bienvenu (Mediapart)

Radom (Polonia) —

Teresa, vestida con una camiseta a rayas azul marino, observa tras sus gafas de sol a su candidato favorito: Sławomir Mentzen. “Nunca he votado a Konfederacja, pero hay que dar una oportunidad a los jóvenes: ya estamos hartos de los mismos políticos que nos gobiernan desde hace años”, declara esta jubilada de 65 años que, el 23 de abril en Radom, asiste con su hijo al mitin del candidato de Konfederacja a las elecciones presidenciales.

El centro peatonal de esta localidad de casi 200.000 habitantes, situada a unos cien kilómetros al sur de Varsovia, está abarrotado de gente por ese motivo. Entre edificios deteriorados del siglo XIX, la asistencia es decididamente masculina, dominada por menores de 40 años.

Algunos, apenas mayores de edad, solo esperan una cosa: que termine el mitin para hacerse un selfie con su líder y compartirlo inmediatamente en las redes sociales. Y es que Sławomir Mentzen, de 38 años y copresidente de la formación de extrema derecha Konfederacja (Confederación), es un maestro de la comunicación política en TikTok e Instagram.

Mentzen, padre de familia, elegido diputado por primera vez en las elecciones legislativas de otoño de 2023, cuando su partido obtuvo el 7 % de los votos, se ve ahora como presidente de la República de Polonia. A pocos días de la primera vuelta, prevista para el 18 de mayo, parece difícil que este economista libertario logre pasar a la segunda vuelta (el 1 de junio), que parece muy probable. Konfederacja ya no goza del mismo entusiasmo que al inicio de una maratón electoral que comenzó muy pronto, en septiembre de 2024.

Por mucho que este treintañero quiera huir de los medios de comunicación, sus declaraciones sobre el aborto en caso de violación (legal en Polonia), al que se opone, o sobre los estudios superiores, que, “en un mundo ideal, deberían ser de pago”, por no hablar de su pobre actuación en los debates televisivos, han hecho que muchos le hayan dado la espalda.

Una popularidad creciente

A pesar de todo, su partido puede presumir de haber seducido mucho más que en sus inicios. La formación, fundada a finales de 2018, se define como libertaria (menos impuestos y ayudas sociales, más competencia y privatización en la sanidad y la educación), conservadora (contra la legalización del aborto y  la inmigración) y especialmente escéptica con los refugiados ucranianos en Polonia.

“Estoy de acuerdo con él, hay que acabar con los privilegios de los ucranianos en Polonia”, nos dijo Teresa durante el mitin de Radom. “Tengo la impresión de que en el médico lo tienen todo y enseguida, mientras que nosotros tenemos que esperar horas”.

Sławomir Mentzen, aprovechando cierto cansancio entre la población polaca, ha logrado imponer el debate sobre el pago de las prestaciones familiares a los ucranianos que trabajan en Polonia (y no a todas las personas que se encuentran legalmente en el territorio).

Konfederacja solo obtuvo el 4,55 % de los votos en las elecciones europeas de 2019, su primera participación en unos comicios, sin alcanzar el umbral del 5 % necesario para obtener escaños. Cinco años después, ha más que duplicado su resultado, enviando a seis representantes al Parlamento Europeo, con un resultado histórico del 12,08 %.

Un reto crucial para el Gobierno

En la primera vuelta de las elecciones presidenciales, el 18 de mayo, Mentzen se enfrentará a otros doce candidatos. La tarea parece especialmente difícil para desbancar en la primera vuelta a sus principales rivales: Rafał Trzaskowski, alcalde de Varsovia, procedente de la Coalición Cívica (KO), la formación del primer ministro de centro-derecha Donald Tusk, y Karol Nawrocki, apoyado por los nacional-conservadores de Ley y Justicia (PiS), en el poder entre 2015 y 2023.

Para el Gobierno de Donald Tusk, lo que está en juego es importante: una victoria de Rafał Trzaskowski pondría fin a un año y medio de convivencia turbulenta con el presidente Andrzej Duda, cercano al PiS, que termina ahora su segundo mandato.

Andrzej Duda ha pedido recientemente el voto para Karol Nawrocki, director de la Institución de la Memoria Nacional (IPN), punta de lanza de la política memorialista del país. Este historiador ultraconservador lucha en parte por los mismos votantes que Konfederacja. Con una salvedad: la formación extremista, que se presenta como antisistema y nunca ha gobernado, promete romper el duopolio que lleva más de veinte años en el centro de la vida política polaca. “Hay que romper ese hormigón”, proclamó su candidato desde el pequeño escenario montado en Radom.

“Desde que nací, solo he conocido la Plataforma Cívica [el partido de Donald Tusk que domina la alianza electoral KO, ndr] y el PiS. No han ofrecido nada a Polonia. Mentzen quiere construir un país seguro y desarrollado”, afirma Bartosz Kossakowski, de 18 años, que termina el bachillerato esta primavera.

El aborto en el punto de mira

Con su largo flequillo cayéndole sobre la cara, este joven, que votará por primera vez, está preocupado por los inmigrantes que, según él, el Gobierno quiere instalar en Polonia. “Si todos fueran médicos o arquitectos, el Reino Unido, Francia y Bélgica serían países ultradesarrollados, pero solo hay que robos y violaciones...”, cree saber. Este polaco, que aspira a estudiar en la prestigiosa escuela de cine de Łódż, está convencido de que “la Unión Europea, demasiado caótica, acabará cayendo”.

En materia de inmigración, este votante está totalmente de acuerdo con Sławomir Mentzen, quien, en Radom, no duda en afirmar que Estocolmo se ha convertido en “la capital de la violación” debido a los extranjeros, cuando “Suecia era antes el lugar más seguro del mundo”. Un discurso muy extendido entre la extrema derecha europea, a pesar de las estadísticas.

En cuanto al aborto, el candidato llega a comparar a la ginecóloga Gizela Jagielska, que recientemente practicó un aborto terapéutico tardío, con el Dr. Mengele (médico torturador en Auschwitz). En cambio, en lo que respecta a la UE, Mentzen ha suavizado su discurso, limitándose a criticar duramente su burocracia, así como el Pacto Verde y las regulaciones climáticas, a las que considera responsables del encarecimiento de la electricidad.

Otro elemento que explica su creciente popularidad: Konfederacja, que agrupa a dos partidos, Nueva Esperanza, de tendencia libertaria, liderado por Mentzen, y el Movimiento Nacional, del diputado Krzysztof Bosak, se ha separado definitivamente de algunos de sus fundadores, como el misógino y prorruso Janusz Korwin-Mikke y el eurodiputado monárquico y notoriamente antisemita Grzegorz Braun.

El dúo también reniega hoy de una diatriba que Mentzen pronunció en 2019: “No queremos judíos, homosexuales, aborto, impuestos ni Unión Europea”.

Esta nueva postura “ha beneficiado a Konfederacja, que ha podido ampliar su base electoral”, analiza la politóloga Renata Mieńkowska-Norkiene. “Por el contrario, Rafał Trzaskowski y Karol Nawrocki han endurecido su posición, situándose más a la derecha”, añade la experta vinculada a la Universidad de Varsovia, que considera que Mentzen ha llevado a cabo una campaña eficaz sobre el terreno. Organiza encuentros casi a diario, preparados de manera impecable, con ciudadanos de todo el país. En ellos repite el mismo discurso, adaptado a las particularidades locales.

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Para la profesora, el votante tipo de Konfederacja es un hombre menor de 40 años, conservador y con un buen nivel de vida. Reside en una ciudad pequeña o mediana, a menudo dirige su propia empresa y se siente muy atraído por la perspectiva de una reducción de impuestos. “La mayoría de esas personas no tienen familia y están lejos de la edad de jubilación, por lo que los servicios sociales les parecen relativamente inútiles en esta etapa de su vida”, concluye Renata Mieńkowska-Norkiene.

 

Traducción de Miguel López

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